17 jun 2007

Aún permanecen...

Aún permanecen las huellas desintegradoras de soledades,
que retozaron entre débiles sombras,
húmedos silencios,
derretidos miedos y huérfanos deseos.
El ropaje de las ausencias partió,
y a cambio junto a la cabecera reposo
el cálido rostro de expresiones indescifrables
que se citaron con la desnudez,
que dio figura dibujada a secretos
que parecían extraviarse
a cada soplo de ternura.
Huellas dejadas por manos líquidas
que caminaban por el borde angosto
en sentido contrario a una caricia,
caricia perdida por el color nocturno
que coloco en la piel un escalofrío
cubierto por un recorte de esperanza.
La huella estuvo acompañada
de un beso vestido
con una camisa de miel y un pantalón de luna
que formando un retén de ternura
dejaron pasar sólo lo más tibios sonidos
de mis ojos cuando por tocarte
descubrieron a oscuras el sueño en una noche de lluvia,
sueño que jugaba entre tu piel
escurriéndose por entre mis dedos hasta conciliar
el sueño.

No hay comentarios: